Radiología pediátrica: características y técnicas de imagen más utilizadas

La radiología pediátrica sigue procesos diferentes a los de pacientes adultos por lo que los especialistas de este tipo de radiología deben conocer el efecto y utilidad de las distintas técnicas de imagen así como la manera de aplicar cada una de ellas en cada caso.

El radiólogo pediátrico tiene una función primordial en el proceso de estudio clínico de un paciente de corta edad, ya que debe tener en cuenta muchos más factores a la hora de solicitar una prueba determinada de imagen o de marcar un protocolo de estudio, lo que será clave para optimizar el proceso clínico de cada paciente.

Entre las diferencias más importantes entre niños y adultos a la hora de trabajar en estudios de imagen diagnóstica, se encuentran las siguientes.

  • Los niños se encuentran en permanente desarrollo, por lo que este factor puede conducir a la malinterpretación de las imágenes. En un esqueleto en fase de crecimiento puede haber confusión a la hora de valorar imágenes que pueden representar un desarrollo normal, una fractura, lesiones inflamatorias o incluso tumores. Asimismo, los cambios en un cerebro durante los dos primeros años de vida pueden llevar a diagnósticos de imagen erróneos por lo que la valoración del especialista es, si cabe, más compleja que en un caso de paciente adulto.
  • La sensibilidad a las radiaciones ionizantes es mayor para la población de menor edad. El menor tamaño de los niños y el continuo crecimiento de su esqueleto y órganos, les hacen ser más sensibles a la radiación que emiten determinadas técnicas de imagen, como la TC, por lo que se requieren protocolos específicos dependiendo de la edad, del tamaño y de la patología que pueda sufrir cada niño.
  • Además, las exigencias de mantenerse quieto durante mucho tiempo en pruebas como las resonancias magnéticas, hacen que se requiera la sedación del paciente pediátrico, por lo que esto se suele utilizar en casos de mayor necesidad, buscando generalmente alternativas a este tipo de pruebas.

En cuanto a las causas más habituales que suelen requerir del uso de técnicas de imagen en la población infantil, se encuentran los problemas respiratorios, los traumatismos y contusiones, patologías de alteraciones congénitas y procesos malformativos en órganos y sistemas.

Radiografía simple y ecografía como pruebas de imagen más frecuentes

Teniendo en cuenta todos los factores mencionados anteriormente, las pruebas de imagen más frecuentes en el diagnóstico pediátrico son la radiografía simple y la ecografía, según un estudio realizado por La Sociedad Española de Radiología Médica (Seram).

Estas técnicas de imagen son las que mejor se adaptan al grupo infantil por las características comentadas así como por las causas habituales que suelen requerir estos pacientes.

La radiografía simple de tórax suele utilizarse para problemas respiratorios y para valoraciones osteoarticulares frente a traumatismos y contusiones.

Por su parte, la ecografía es muy utilizada por diferentes motivos:

  • Al haber poca grasa corporal en niños, la imagen por ecografía es muy nítida, sobre todo en abdomen y pelvis.
  • Esta prueba utiliza ultrasonidos y no radiaciones ionizantes, por lo que se puede repetir la prueba las veces que sea necesario.
  • No se requiere sedación ya que es una técnica rápida y sencilla.

 

Además, “con la ecografía se puede acceder a la cavidad craneal hasta aproximadamente el año de vida, mientras las fontanelas están permeables, para hacer una aproximación diagnóstica inicial a las malformaciones encefálicas, la patología isquémico-hemorrágica y la valoración del sistema ventricular, siendo fundamental en Neonatología”, explica Francisco Menor Serrano, miembro de Seram y jefe de la Sección de Radiología Infantil en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe. “Y en las primeras semanas de vida incluso se puede explorar el canal raquídeo y su contenido al disponer de una “adecuada ventana acústica” dada la escasa osificación de los elementos posteriores de las vértebras que permiten el acceso de los ultrasonidos”.

XVIII Curso de la Sociedad Española de Radiología Pediátrica (SERPE)

Dentro de este contexto y con el fin de tratar temas específicos de la radiología pediátrica entre profesionales destacados del sector, se ha realizado el XVIII Curso de la Sociedad Española de Radiología Pediátrica (SERPE), que ha tenido lugar en los días 4 y 5 de mayo en Santa Cruz de Tenerife.

En un evento que no tenía lugar desde octubre de 2021, radiólogos pediátricos, radiólogos generales y pediatras que buscaban actualizar sus conocimientos en radiología pediátrica, han tenido la oportunidad de conocer novedades y compartir conocimientos en torno a un área que, como hemos visto, es fundamental para evolucionar dentro de la especialidad médica radiológica.

 

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