Las imágenes en exámenes de cáncer de mama y otras modalidades podrían generar confusión al radiólogo y estrés al paciente
Durante las últimas semanas se ha producido un número creciente de falsos positivos de cáncer a través de imágenes realizadas a pacientes que habían recibido la vacuna contra el virus Covid-19.
En consecuencia, un estudio realizado por el equipo de radiólogos del Hospital General de Massachussets, publicado recientemente en la revista médica de radiología Journal of the American College of Radiology, confirma este hecho como un efecto secundario temporal provocado por la vacuna y alerta a los radiólogos de ello.
Ya desde enero se han ido realizando estudios a pacientes que mostraban ganglios linfáticos inflamados en exámenes de cáncer de mama y de otras modalidades, y que han provocado altas dosis de ansiedad así como gastos en la realización de imágenes innecesarias.
Esto es debido a que, en ocasiones, los ganglios linfáticos, especialmente en la axila, se inflaman tras recibir la vacuna. Sin embargo, esta es una reacción normal del sistema inmunitario que podría confundirse con cáncer si aparece en una mamografía u otra exploración.
Protocolo y pautas a seguir por los radiólogos frente a estas situaciones
Para evitar este tipo de situaciones, el equipo de autores del estudio indica una serie de pasos que los médicos pueden realizar para reducir la atención de seguimiento injustificada para la linfadenopatía unilateral después de la vacunación.
En la guía publicada, se establecen tres factores principales a tener en cuenta:
- El momento y ubicación de la inyección;
- el contexto clínico del paciente;
- los hallazgos en las imágenes.
Por ello, durante la interpretación de las imágenes, los radiólogos deberán tener en cuenta el historial de vacunas del paciente y fijarse en la fecha de vacunación, el lugar y lateral de aplicación así como el tipo de vacuna inyectada.
Se aconseja, por tanto, a médicos y a pacientes vacunados por Covid-19, que tengan en cuenta la posibilidad de inflamación de los ganglios linfáticos en el lateral del cuerpo donde se recibió la vacuna, en las seis semanas posteriores a la fecha de vacunación. Esto deberá interpretarse inicialmente como un hallazgo benigno que requerirá un seguimiento clínico y exámenes rutinarios tras la finalización de dicho periodo, pero evitando la realización de imágenes o biopsias innecesarias.