Ya hemos hablado en varias ocasiones de la efectividad de la resonancia magnética (RM) para el diagnóstico de múltiples patologías, como puede ser la detección de apendicitis aguda, párkinson, autismo, alzhéimer, VIH en el cerebro, enfermedad de Ménière… entre muchas otras. Y en este post explicaremos qué relación existe entre la RM y la Esclerósis Múltiple (EM), ¿se podrá diagnosticar esta patología con la RM?… ¡Allá vamos!
Resonancia Magnética: gran avance tecno(radio)lógico
La RM es una prueba no invasiva que no emite radiación y proporciona información sobre la estructura y composición del cuerpo, además es una técnica imagenológica a la que se suele recurrir en diferentes áreas de la medicina para el diagnóstico de múltiples patologías, como es el caso de las neurodegenerativas.
En este sentido, debemos destacar que por ejemplo para la detección de la EM, la RM representa una exploración imprescindible, y es que no solo permite descartar otras enfermedades, sino que muestra las placas de EM e indica si son recientes o antiguas y, sobre todo, porque en las secciones del cerebro se pueden observar las cicatrices y/o lesiones comunes que se producen a causa del ataque del sistema inmunitario a la mielina (proteína que recubre las fibras nerviosas).
Es importante que, además de obtener un resultado positivo en la prueba de RM, el neurólogo pueda confirmar la existencia de EM a través de otros criterios clínicos como por ejemplo la punción lumbar, utilizada para extraer líquido cefalorraquídeo (LCR) donde se busca de manera rutinaria la presencia de bandas oligoclonales (BO) generadas por la producción intratecal de inmunoglobulinas (Ig).
Si el paciente padece de EM, la RM también es una opción para el seguimiento de dicha patología y conocer cómo de activa se mantiene, si los síntomas clínicos se corresponden con la aparición de nuevas lesiones o si el tratamiento está siendo efectivo o no.
Así pues, podemos decir que gracias a la RM se puede establecer en muchas ocasiones el diagnóstico de EM en el momento del primer brote o primeras etapas, algo que no era posible e impensable hace unos años atrás. Y nos quedamos con esta misma conclusión, y es que durante los últimos años la RM ha sido una herramienta decisiva que ha permitido a los profesionales profundizar en el conocimiento de la EM, y hoy en día representa una prueba complementaria rutinaria y fundamental para un diagnóstico más temprano y un seguimiento más preciso de la evolución de la enfermedad.
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