Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de pulmón en España es el tercer tumor más frecuente y uno de los que peor pronóstico presentan, debido tanto a su agresividad como a la dificultad de realizar un diagnóstico precoz. Asimismo, representa el 26,7% de los nuevos diagnósticos y es la primera causa de muerte por cualquier tipo de tumor (18.000 muertes al año). Sin embargo, si se detecta en estadios iniciales, el tratamiento puede resultar curativo hasta en un 80% de los pacientes.
Entre las principales causas de esta enfermedad, se encuentran el tabaquismo y el envejecimiento de la población, y el diagnóstico tardío es el motivo de la corta supervivencia de la mayoría de los afectados: el 40% de los pacientes diagnosticados se encuentran en la fase metastásica y el 30% con afectación local y regional.
Para su cribado, y según un estudio del National Lung Screening Trial (un ensayo clínico aleatorizado financiado por el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos), la tomografía computarizada de baja dosis (TCBD) es la técnica más indicada, ya que ha demostrado reducir en un 20% la mortalidad cuando se compara con el cribado con radiografía de tórax. Sin embargo, sigue existiendo un debate abierto en torno a la magnitud del beneficio, los riesgos del cribado, el coste y la logística de un programa a gran escala.
Desde la última década, estamos siendo testigos de un constante desarrollo tecnológico en el sector de la radiología, en el que las imágenes médicas son clave en los estudios de diferentes patologías. Y para conseguir el máximo rendimiento de estos estudios imagenológicos, los expertos recomiendan siempre tener en cuenta otros aspectos como: a quién hay que examinar, cómo hay que hacerlo, cómo archivar, guardar y analizar las imágenes y cómo comunicar los resultados al paciente.
En este sentido, la radiología centrada en el paciente y la necesidad de desarrollar biomarcadores de imagen juegan un papel fundamental, ya que permiten conocer mejor las características y propiedades de las diferentes patologías y/o lesiones, lo que mejora el diagnóstico de los radiólogos y ofrece una información más precisa y personalizada al paciente.